Juan Carlos Díaz Lorenzo

Entraba en lo previsible y se ha cumplido. El consejo de administración de la SEPI ha dado el visto bueno para la construcción de cuatro petroleros con opción a otros dos más de 156.000 toneladas de peso muerto cada uno, encargados por Ondimar Transportes Marítimos, una de las empresas del Grupo Ibaizábal controladas por Alejandro Aznar, actual presidente de ANAVE. Los trabajos deberán comenzar a finales de este año y el primero de ellos será entregado a finales de 2017.

La carga de trabajo será repartida entre los astilleros de Navantia en Puerto Real (Cádiz) y Ferrol. Por lo que se ha informado, los módulos de proa y otras secciones serán construídas en la antigua ASTANO, que vuelve así a la construcción naval después de un veto de treinta años impuesto por la UE. El proyecto y otros aspectos de los nuevos buques será suministrado por Daewoo, de modo que los astilleros españoles –en otro tiempo líderes en el sector– harán las obras de aceros y montajes de equipos.

La antigua ASTANO volverá a construir después de treinta años

Foto: J. Meis / diariodeferrol.com

Juan Carlos Díaz Lorenzo

La prensa gaditana y gallega sigue con mucha atención la previsible aprobación hoy, por parte de la SEPI (heredera del INI), del contrato para la construcción en los astilleros de Navantia de cuatro petroleros contratados por Ondimar Transportes Marítimos, una de las sociedades del Grupo Ibaizábal. Ha sido un proceso largo, sobre el que se ha escrito mucho y también se han sembrado muchas dudas, pues hubo un momento en el que parecía que tenía mucho de tufo electoral. La reunión de la SEPI estaba prevista para ayer y se ha aplazado un día más, así que si no hay sorpresas se sabrá hoy y todo apunta a que será favorable, aunque existe desconfianza.

En mayo pasado, Navantia y Ondimar Transportes Marítimos firmaron un acuerdo previo para la construcción de cuatro petroleros tipo suez-max, con opción a otros dos. La carga de trabajo se repartirá entre los astilleros de la bahía de Cádiz y la ría de Ferrol y supondrán unos tres millones de horas de trabajo para las factorías implicadas y las empresas auxiliares. En realidad, se trata de ejecutar la obra de acero de un proyecto controlado por la firma coreana Daewoo, que ha sido la suministradora de una parte de la flota de petroleros que ha tenido la Marina Mercante española en los últimos años, caso de Tapias y luego Teekay.

La grúa de pórtico de Navantia en Puerto Real es todo un símbolo, lo mismo que en Ferrol

Visto desde la calle, sorprende la lentitud con la que las altas instancias toman sus decisiones, que tiene un fuerte impacto en la actividad laboral sectorial de ambas ciudades. Los políticos andan en lo suyo, algunos adelantándose a los acontecimientos y dando noticias que luego no se han concretado con la rapidez que debieran. Lo cual ha generado malestar e indignación entre los trabajadores y sindicalistas, que piden que “se quiten las medallas hasta que no estemos cortando chapa”. Y es que el sector naval de Cádiz espera desde hace meses la orden de ejecución como “agua de mayo”. Los últimos petroleros construidos en la factoría de Puerto Real salieron en la década de los noventa y después tomaron forma varios buques metaneros.

El camino no ha sido fácil. Ha habido que superar las dudas sobre la rentabilidad del proyecto, que ha sido cuestionado por los técnicos de la SEPI y parece que ser que en el seno de Navantia también han existido inconvenientes. En un principio el pedido era de tres petroleros con opción a otros tantos; luego se dijo que eran cuatro más dos opcionales. Después que sólo serían construidos dos de forma simultánea, en el supuesto interés de Ondimar de beneficiarse lo más posible de la aplicación del “tax lease” y alargando los plazos estipulados en principio a cuatro años. No sabemos si esos vaivenes estarían vigentes si el contrato se hubiera firmado en Corea del Sur, Japón o China, pero España parece diferente. De modo que en la SEPI hubo quien no lo vio claro e incluso hay un estudio que cuestiona su viabilidad.

Foto: Javier Barbancho / AP

Juan Carlos Díaz Lorenzo

Navantia firmó ayer con el armador Ondimar Transportes Marítimos –sociedad naviera del Grupo Ibaizábal, vinculada a la familia Aznar– una carta de intenciones para la construcción de tres petroleros tipo suezmax, con opción a otros tres, “a precios internacionales para este tipo de buques”, informa la empresa pública española. La carta de intenciones  expresa la intención de ambas partes de alcanzar un acuerdo pleno para la construcción de estos barcos, tanto en sus especificaciones técnicas como en el precio final de los mismos. Lo que falta es que se materialice y que el astillero o astilleros que puedan construirlos inicien una nueva etapa. Ojalá sea así.

Hace muchos años ya que la industria naval española no construye petroleros de crudo en los astilleros con capacidad para ello, que son los de Bilbao, Ferrol y Cádiz. Ondimar Transportes Marítimos tiene varios petroleros construidos en Corea del Sur y Japón, que navegan con pabellones ajenos al español. En sus orígenes compró a PETRONOR los petroleros “Arteaga” (2º) y “Butrón” (2º), construidos en el astillero de Puerto Real. En la práctica, casi no quedan petroleros de crudo con bandera española, cuando en otra época fue una de las flotas de referencia a nivel europeo. Luego vino la moda de construir en Corea del Sur y Japón, donde los precios y la financiación son más competitivos.

Hace casi dos décadas que en España no se construyen petroleros de crudo

Foto: David Trillo Gallego

Juan Carlos Díaz Lorenzo

“Montestena” es el nombre de un petrolero para el transporte de crudo de Ondimar Transportes Marítimos (filial del Grupo Ibaizábal, con sede en Madrid) entregado a su propietario el 31 de marzo de 2012, dos meses después de la entrega de su gemelo “Montesperanza”. Como ya hemos informado en esta misma sección, el citado buque se encuentra en el puerto de Santa Cruz de Tenerife desde el 19 de mayo y desde esta mañana realiza operaciones de descarga de crudo procedente de Kole (Camerún) en la terminal marítima de la refinería de CEPSA.

El buque “Montestena” figura como propiedad de Naviera Río Estena, una de las sociedades que conforman Ondimar Transportes Marítimos, filial del Grupo Ibaizábal con sede en Madrid y controlado por la familia Aznar en su quinta generación. Es el cuarto de una serie de siete buques de nuevo diseño, eficientes y ecológicos, construido en el astillero Samsung Heavy Industries, en Goeje (Corea del Sur).

El petrolero «Montestena», en su fondeo en el antepuerto tinerfeño

Maniobrando en la terminal marítima de la refinería de CEPSA en Tenerife

El petrolero «Montestena» descargando crudo Kole para CEPSA

Está abanderado en el registro de Madeira, lo cual priva a la Marina Mercante española de tener en su flota unidades tan modernas e interesantes. Ibaizábal opera, además de los citados, el petrolero “Monte Toledo”, entregado en mayo de 2004 y han causado baja en su flota los petroleros “Monte Granada”, gemelo del anterior y “Monte Umbe”, comprado de segunda mano; aunque éste, con el nombre de “Umbe”, sigue controlado por Ibaizábal.  Otra de las sociedades del grupo, Naviera Urbasa, tiene un petrolero para suministro de “bunkering” llamado “Monte Anaga”.

El petrolero “Montestena” es un buque tipo “suez-max” con un diseño de vanguardia y muy eficiente desde el punto de vista tecnológico y medioambiental. Destaca el ahorro de combustible considerando la optimización de las líneas del casco, una hélice de mayor diámetro, bulbo de proa, timón de dirección con control electrónico y aletas en el casco. Estos dispositivos permiten un ahorro de un 15 % en comparación con los petroleros convencionales actualmente en servicio.

Como el lector puede apreciar llama la atención la superestructura, en la que se han pintado unas franjas de color negro que separan las cubiertas. De 81.187 toneladas brutas, 51.148 toneladas netas y 159.236 toneladas de peso muerto, mide 274,23 m de eslora total -264 m entre perpendiculares-, 48 m de manga, 23,20 m de puntal y 17 m de calado máximo. Propulsado por un motor Burmeister & Wain 6S70ME-C8, con una potencia de 15.720 kw sobre un eje y una velocidad de 14,5 nudos. Código IMO 9585883.

Fotos: Ramón Acosta Merino, Jorge Rodríguez Suárez y Juan Carlos Díaz Lorenzo

Juan Carlos Díaz Lorenzo

En aguas del antepuerto tinerfeño se encuentra fondeado el petrolero “Montestena”, abanderado en Madeira (Portugal), que arribó en la mañana de ayer procedente de Kole Terminal con un cargamento de crudo para la refinería de CEPSA. El punto de carga está situado a unas 14 millas al sur de la península de Bakasi y depende de la autoridad portuaria de Douala (Camerún). Dispone de un buque de almacenamiento llamado “Serepca 1”, que es el que recibe el crudo extraído y desde el que se bombea a los petroleros encargados de su transporte.

El citado petrolero, gemelo del buque “Montesperanza” (81.187 GRT), es propiedad de Naviera Río Estena, una de las sociedades que conforman Ondimar Transportes Marítimos, filial del Grupo Ibaizábal con sede en Madrid y controlado por la familia Aznar. Es el cuarto de una serie de siete buques de nueva generación, eficientes y ecológicos, que entró en servicio el 31 de marzo de 2012. En las fotos de nuestro estimado amigo y colaborador Jorge Rodríguez Suárez, el citado buque en aguas del puerto de Santa Cruz de Tenerife, en el que bien podría estar matriculado si la política marítima española fuera diferente.

El petrolero «Montestena», fondeado frente a la playa de Las Teresitas

Detalle de la superestructura y sección de popa

Fotos: Jorge Rodríguez Suárez